Se casó la ‘comay Pipi’ a sus 85 años, un matrimonio de carnaval que cumplió un sueño
A la comay Pipí Pimienta por fin le llegó su príncipe azul, ayer a las diez de la mañana a sus 85 años de edad, se casó con un muchacho traído de tierras cachacas. Los casó un obispo importante, quien se vino acompañado de una buena comitiva religiosa para participar en esta unión matrimonial dentro de las carnestolendas de Riohacha.
El parque Almirante Padilla fue el sitio propicio, hasta allí llegaron las damas de honor y todas las amistades de la Pipí que con la pompa que se hace en todo matrimonio apoyaron el feliz momento que vivía esta matrona de los carnavales.
El novio es un jovencito que no supera los 25 años, que amarrado porque su prometida estaba embarazada se vio obligado a llegar al altar; presionado por unos familiares que reclamaban honor.
El obispo bendecía las argollas mientras otra novia se retorcía deseando acabar con esta farsa para quedarse con el prometido.
Pero la boda empezaba a concretarse el novio dio el sí y Pipi feliz por este momento.
Los novios bailaron el vals y luego una papayera empezó a alegrar más esta unión matrimonial en estos carnavales.
Llegaron los invitados a felicitar a la pareja. Mientras los obispos de la fundación Joselito hacían letanías relacionadas con este casorio de una persona mayor con un joven. "Hay pipi se consiguió su pelao ella pensaba que la quería pero él estaba era por la floristería".
"Por fin se casó pipi despues de 85 años y ella es un carnaval de Riohacha, un icono viviente y en la fundación Joselito carnaval le hacemos esta pequeña letanía para rendirle un homenaje", dijo uno de los obispos.
En el parque Padilla todos estaban asombrados porque no sabían si era un matrimonio de verdad o de mentiras.
Los novios recorrieron el parque para contagiar de felicidad a quienes estaban alrededor. La papayera los seguía a donde fueran, luego todos se fueron hasta la casa de Pipi, cerca a la plaza, allá siguió el fundingue como si fuera un matrimonio real. Minutos antes la novia tiró el ramo que se lo ganó una de las amigas. Los hombres pedían que tirara liga entre risa y seriedad.
Asi se le cumplió el sueño a la comay Pipi de casarse porque ella es señorita, en un matrimonio que es de carnaval y pura recocha pero que tiene algo de verdad, se le cumplió el sueño es lo que quería Pipi hacer en su vida y se le hizo realidad este casorio anhelado.
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